Mi piel cansada de pedir a gritos en silencio un pequeño roce de tus dedos…
Mi alma sólo anhela un «te amo» pronunciado por tus labios, susurrado a mi oido antes de dormir….
Mis labios sedientos de ti, secos de besar labios que sólo saben a soledad…
Mis manos cansadas de dar caricias vacías que al final del día dejan cuerpos vacíos…
Mi corazón roto de latir sin sentido desde que decidiste irte sin siquiera voltear a verme por debajo del hombro, mientras yo lloraba y mi alma se quebraba….
Mil preguntas sin respuestas, y mil respuestas que soy incapaz de aceptar, porque sí las aceptara sería el rendirme ante el conformismo de tu perdida…
Aunque mi alma pide a gritos que vuelvas, mis labios son incapaces de pedirlo, de decirlo, de externar la más mínima demostración de debilidad a ti…
«Vuelve, no me dejes» tan fácil de escribir y tan difícil de decir…