Soy una chica de 25 años, diagnosticada desde hace más de 10 años, estudio medicina y trato de tener una vida lo más llevadera posible, esta es mi forma de sacar todos los demonios que tengo dentro.
No logro siquiera engañarme a mi misma, no logro tragarme todo este buffet de mentiras… «Estoy bien», «No te extraño», «Ya no duele tanto». Frases que ya no saben, vacías, llenas de melancolía, todo lleno de tu ausencia, y el final es una vacío, continuo, ya lo he dicho con anterioridad, que decido dejarte ir, pero ¿Cuál será la definitiva?
¿Qué más da que duerma todo el día? Sólo así se logra apagar todo este vacío. Sólo así es fácil lidiar con todas estas sensaciones que no puedo mitigar.
¿En verdad existirá la pastilla de la felicidad? Porque ya he tomando tantas y aún así, no me siento feliz, como cuando me acariciabas y me hacías sentir especial. Esa pastilla creo que eras tú, y claramente ya no va a volver…
Me encuentro acostada rememorando nuestras peripecias, buscando encontrar algo que ya habíamos conseguido, corriendo siempre uno detrás del otro.
Casi cumpleaños, como nuestro algo así, como nuestro casi aniversario, como nuestro casi viaje… Nuestro último casi beso, nuestra última casi cita, siempre nos quedamos con esos puntos suspensivos, siempre con el corazón casi por completo, por miedos, por desconfianza, por amor…
Sólo queda casi festejarte ¿cómo? Aún no lo sé, jamás imaginé festejarte de esta manera, jamás pensé que ese casi sería por siempre. Yo pensaba que en algún momento seríamos un por completo, un total, una suma perfecta, tendríamos tiempo…
Casi no te extraño, casi no te amo, siempre estará eso, siempre… Casi no me jodiste la vida, casi no te odio, casi…
Pienso en ti mamá y siento mucha melancolía, pienso en todo lo que te he hecho pasar y las cosas que te he lastimado y las cosas que has hecho por mi, te extraño demasiado, tenía mucho que no estaba tan lejos de ti y mucho menos estar sin contacto, pensar en eso me pone muy triste y quisiera que estuvieras aquí abrazándome y diciéndome que «todo estará bien» porque sinceramente no siento que así sea. Me haces mucha falta mami, tu calor, tus abrazos y hasta tus regaños. Te amo mi Cheches hermosa. Te extraño.
Me da mucho coraje el no poder estar enojada con él, porque estoy prefiriendo que no sepa nada nadie y que no le pase nada, y vivir este proceso sola, a que el mundo sepa y te hicieran algo, a pesar de que me está costando todo esto y más…
Siento descargas en mi cuerpo ¿Será la abstinencia a ti? Medicamente sé que son, obvio lo sé, sé hasta cómo se llaman, pero no me interesan, no me interesa ponerles nombre, no me interesa una explicación lógica, no e interesa saber verdaderamente cómo se llaman, cómo es que funcionan y el porqué estén sucediendo, sólo quiero creer que es porque no estás, porque no te tengo, por este dolor que tengo de no tenerte, por este sabor amargo de no saberte ¿Será que me estarás esperando? Espero de todo corazón que sí, porque sinceramente no sé qué sería de mi ahora con tu partida, digo, no moriría, porque más muerta no me puedo sentir, pero sería feo, doloroso, y muy poco alentador, no sé si llamarte, una parte de mi sabe la respuesta a esa llamada y sinceramente prefiero estar con la incertidumbre que me mata poco a poco a morir de golpe.. sólo quisiera que no me hubiera descompuesto y seguir en la burbuja que habíamos construido…
Hace poco alguien dijo tu nombre, fue la cosa más extraña, no es que te haya olvidado, porque eso no pasa, no creo que suceda, sólo que ya no dolías, ya no sentía ese vacío en el pecho de no tenerte aquí conmigo, pero esta vez no fue así, con un vaso de licor en mano, sólo deseaba que cada sorbo anestesiara el dolor que dejó tu partida, sólo pienso en todos esos planes que hicimos que ya no podrán ser cumplidos, y aunque podría hacerlos con alguien más, no quiero, no puedo, no sé si deba, no sé si eso sería manchar tu recuerdo, aún me dueles como el primer día que te fuiste de aquí, aún me dueles como cuando me dijeron que ya no estabas aquí, como cuando sólo vi una foto con unas palabras que jamás podré olvidar «I’ll miss you» acompañada de una fotografía tuya, no decía nada concreto, sin embargo yo sabía que significaba eso, yo sabía que ya no estabas más con nosotros, maldita sea, pingüino, como te extraño, te amo mucho, y jamás dejaré de hacerlo, porque tú me enseñaste el significado del amor a primera vista, del amor incondicional, del amor libre.
Hoy te recordé. saliste en mis pensamientos y en una que otra conversación, no sé que tan bueno sea hablar de ti, hablar de nosotros hace que reviva el dolor de lo que me hiciste; convierte las noches largas y frías, le temo a la obscuridad, temo al cerrar los ojos y verte, temo a soñarte y escuchar tu voz.
¿Por qué lo hiciste? La pregunta diaria ¿ Por qué por permití? Pregunta que me taladra sin piedad el alma, me siento tan culpable por seguir amándote de la forma en que lo sigo haciendo, por protegerte, he preferido lidiar con todo esto SOLA a permitir que te pase algo,
Mi Too, te extraño tanto como me dueles, pero aún teniendo la oportunidad de verte o hablarte no lo haría, porque claramente ya no hay nada qué decir.
¿En qué momento comenzó a pasar esto? ¿En qué momento dejé de estar aquí y comencé a desconectarme de esta manera? ¿Cómo volver a sentirme igual? Son tantas preguntas que me atormentan desde hace algunos días, pero no logro resolver, no logro contestar, no logro ni siquiera formular una respuesta lógica a todo esto sólo sé que… me gustaría que estas visiones fueran de ti, verte de nuevo a mi lado, despertar junto a ti, ver tu sonrisa cuando me mirabas, ver como reías de mis chistes, pero ya no es así, ahora sólo veo como todo se cae a mi alrededor, como las paredes caen encima de mi, como el piso se mueve y siento que no estoy aquí…
Sí esto lo vemos desde el lado romántico así me siento sin ti, me siento perdida, siento que algo me falta, siento que no respiro, siento un hueco en el alma. Sólo quiero aclarar que esto no es con el afán de culparte, no lo malinterpretes, creme que yo sé que tan responsable soy de toda esta situación.
Lo único que me queda es ver a la ventana, sin moverme, sin sentir que respirar, sin sentir que vivo, y suspirar, suspirar tan fuerte que es lo que me recuerda que sigo aquí. Cabe mencionar que cada suspiro es una letra de tu nombre, y al final del día, como niña de primaría que fue castigada con cientos de planas escribo tu nombre, y ambos sabemos que no es nada corto, te extraño mucho, Bonis.
Espero que al salir sigas ahí, porque si salgo y no estás no sé que tan rota pueda salir después de esta guerra interna que tengo pueda sobrellevar otro adiós…